Por fin llegó el momento

Tras llegar al lugar, todo parecía en calma.

Había pasado mucho tiempo, pero mereció la pena esperar. Estaba sobre-excitado, nervioso y sabía sobradamente que eso no jugaba a mi favor, pero era imposible contenerme.

Preparé los artilugios. Que si esto, que si aquello, la verdad he de reconocer que son muchas cosas para algo aparentemente tan nimio, pero merece la pena cargar con todo por sentir lo que estaba punto de sentir.

Me arme de valor, porque a pesar de haberlo hecho en otras ocasiones, es un momento que siempre parece la primera vez, y son esos segundo antes del momento los que realmente merecen la pena.

Tu cuerpo se tensa, sientes un escalofrío que te recorre la espalda, las pupilas se dilatan, las manos se relajan y a la misma vez se convierten en herramientas sensibles y las piernas acaban alojándose.

Tras un pequeño movimiento de dedos, un ruido muy agradable….

tiras suavemente de la palanca, y el heli se va al cielo.

Es increíble como una descarga eléctrica recorre tu cuerpo en tan poco tiempo.

Me encanta esta afición que tanto placer me da en estas tardes de viernes.